miércoles, 4 de noviembre de 2009

Siguen investigando la procedencia del arsenal de armas incautado en poder del contador Feldman.

Saúl Feldman parece haber borrado sus rastros antes de morir en el enfrentamiento con la Policía. El juez especializado conformó ayer un equipo especial. Se cree que algunas armas fueron robadas de bases militares, el resto provenía del exterior.
Hasta el momento no hay personas requeridas. La investigación está en su fase primaria y son muy escasas las pistas. Ayer el juez especializado en Crimen Organizado, Jorge Díaz, se reunió con el equipo de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) -que lleva adelante el grueso de la investigación en la órbita policial-, así como con el titular de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid), Julio Guarteche, el de la Secretaría Nacional Antilavado, Ricardo Gil Iribarne, el subdirector de Policía Técnica, Roberto de los Santos, el jefe de Policía de Canelones, Tabaré Gordiola, y representantes del Banco Central y de la DGI.
El propósito del magistrado es conformar un equipo multidisciplinario que investigue desde todos los ángulos las actividades del contador Saúl Feldman Szerman (64).
El arsenal hallado en la casa de la calle Elba, en el barrio Aires Puros, abrió varias interrogantes. Algunas de las armas tenían sus números de registro limados, lo que hace presumir que pudieron haber sido robadas de reparticiones militares.
Fuentes de la investigación señalaron que uno de los aspectos que se procura establecer sobre esa línea es la posibilidad de que provengan del robo a la base Boiso Lanza de la Fuerza Aérea, descubierto en septiembre de 2007. En esa ocasión, se descubrió la sustracción de 11 fusiles de asalto FAL y la investigación condujo a la identificación de cuatro militares y cuatro civiles como responsables del robo. Sin embargo, sólo una de esas armas fue recuperada y se sospechó que las 10 restantes pudieron haber sido vendidas a narcotraficantes en Brasil o aún a la guerrilla colombiana de las FARC.
Sobre la procedencia del resto del armamento -más de 600 piezas, entre las que se contaban fusiles de asalto FAL, AK 47, M 16, lanzacohetes RPG, más de 500 granadas, de mano, antitanques, y para fusil, así como 100 kilos de pólvora- persisten las incógnitas. Se especula con que algunas de ellas podrían provenir de Argentina, ya que fueron encontradas envueltas en periódicos argentinos.
Por último, otro extremo que es investigado tiene que ver con las armas que Feldman efectivamente tenía registradas en el Servicio de Material y Armamento del Ejército -servicio que expide los permisos a civiles-, que sin ser coleccionista logró registrar alrededor de 60 armas de fuego.
SHANGRILÁ. Algo que llamó la atención de los investigadores fue el gran desorden que presentaba la finca de Shangrilá. Aunque una empleada doméstica iba semanalmente a la residencia, los investigadores hallaron áreas de la casa con residuos de al menos cuatro meses.
También otro rasgo que llamó la atención fue la escasa cantidad de fotos familiares que poseía Feldman, en contraste con los cientos de fotografías de sus cinco perros. Su apego a las mascotas es quizá el rasgo más conocido de la personalidad del enigmático contador, dato confirmado por la empleada a los investigadores.
En su amplia biblioteca, además de libros, se hallaron numerosos recortes de prensa de la década de 1960, así como fotografías y artículos sobre Hitler y el nazismo. No obstante, nada de ello permite inferir más que interés general y una amplia formación cultural.
Más allá de la habitación blindada que Feldman tenía disimulada tras un revestimiento de lambriz en la finca, la atención de los investigadores se centra ahora en una dependencia ubicada a los fondos de la casa, una suerte de galpón que, se cree, era utilizado como "taller" por Feldman. Un equipo de peritos de Policía Técnica revisaba ayer esta parte de la finca en busca de más indicios.
En otra línea de trabajo, la Policía examina una computadora que pertenecía al contador y presunto traficante de armas, así como sus teléfonos celulares en busca de contactos que revelaran el origen y destino del armamento.
En relación con los documentos de identidad de Feldman, hallados en el interior de la finca, fuentes del caso señalaron que se trataba de cuatro cédulas de identidad antiguas, de la época en que el número identificatorio carecía del código numérico que sigue al guión y el papel del documento tenía un color verde claro, con fotografía en blanco y negro. Estos documentos, señalaron las fuentes consultadas, le habrían impedido viajar por la región donde no es necesario el pasaporte, ya que habían caducado.
Feldman realizó numerosos viajes a Argentina pero no a Brasil, según fuentes del caso. Aún se ignora la naturaleza de estos viajes y es uno de los tantos extremos que se indagan. No se descarta que durante las 16 horas en que Feldman permaneció atrincherado en su casa haya podido destruir pruebas comprometedoras.
Lo cierto es que la policía maneja varias hipótesis y continua tratando de desentrañar esta extraña madeja, lo que mas intriga es la prosedencia y el destino final de esas mas de 600 armas incautadas, todo un misterio...

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